La memoria se conforma de recuerdos y, en especial, de emociones.
Recordamos mejor aquello que nos genera alegría, bienestar o diversión.
De ahí la posibilidad de estimular la memoria infantil con actividades
lúdicas.
Juegos y memoria conforman un binomio esencial para ayudar a potenciar
la capacidad de atención de los niños y el aprendizaje. Obligar a los
hijos a memorizar operaciones matemáticas, reglas de ortografía o fechas
no siempre resulta efectivo. Es preferible potenciar la memoria a
través del juego.
Desde pequeños, es posible aprovechar determinadas estrategias para
mejorar la atención y entrenar el cerebro. Estas técnicas serán muy
prácticas de cara a los futuros estudios. La memoria evoluciona y
estimular al niño para que la utilice desde pequeño le ayuda a sacar el
máximo partido en el futuro.
Estimular la memoria en casa
1. Memorizar canciones.
Desde bebés, los padres cantan a sus hijos numerosas composiciones. Una y
otra vez, les repiten canciones que los niños aprenden. Se puede
aprovechar esta técnica para inventar estrofas con el contenido que se
quiere que los pequeños memoricen. Al principio, se puede empezar con
temas sencillos para recordar la dirección de casa o el número de
teléfono de los padres, que los niños podrán utilizar en caso de
emergencia. Cuando crecen, se puede ayudar a los hijos a memorizar
cuestiones básicas de estudio, como el alfabeto o las tablas de
multiplicar, dos clásicos de los primeros años de colegio.
2. Repetición de palabras.
Los niños memorizan, sobre todo, por repetición. Cuando dicen, escuchan o
hacen algo varias veces, lo aprenden. Si se quiere que recuerden algo
en especial, es apropiado repetírselo y animarles a ello; puede ser el
camino hasta casa, las reglas de un juego o el uso de los cubiertos al
comer.
3. Juguetes que suenan.
Para los más pequeños, son adecuados los juguetes que emiten sonidos. Se
puede animar a los niños a memorizar qué sonido escuchan al pulsar una
determinada parte de un juguete o muñeco (una mano, la barriga, la
nariz) y estimularles a que reproduzcan cada ruido de acuerdo a la orden
de los padres.
4. Esconder objetos.
Es un juego sencillo que tan solo requiere recopilar varios objetos que
se tengan en casa. Los padres han de mostrar a los hijos las piezas
seleccionados -entre cinco y diez es un número adecuado- y, a
continuación, esconderlos delante de ellos. Una vez ocultados, se fija a
los niños un tiempo límite y se les pide que encuentren las cosas en un
periodo inferior. El número de elementos que se escondan, así como el
tiempo que se dé a los pequeños para encontrarlos dependerá de la edad y
la motivación de los menores.
No hay comentarios:
Publicar un comentario